Colaboradores
Los grandes patriarcas de la Historia del Ajedrez Antonius van der Linde (1833-1897) y Tassilo von der Lasa (1818-1899) hicieron grandes esfuerzos por aclarar el episodio más rico, el acontecimiento más importante de la Historia del ajedrez: el nacimiento y la paulatina introducción de la Dama o Reina. Su labor al estudiar los antiguos documentos con la nueva forma de jugar (Dama y Alfil con movimiento actual) tienen un valor y un mérito notable.
Sin embargo, este estudio no pudo completarse, pues aunque se contaba con investigadores rigurosos e independientes, como eran ellos, los documentos decisivos todavía no habían aparecido. Ellos localizaron antiguos documentos italianos y franceses a caballo entre los siglos XV y XVI, pensaban, tal vez coetáneos al libro de Lucena (Salamanca, c. 1497), que conocieron y estudiaron. Ese estudio ya les llevó a colegir que el ajedrez moderno debía haber brotado en uno de estos tres países 30 o 20 años antes del final de la centuria.
Así, surgió lo que podríamos llamar la teoría de las tres cunas del axedrez de la dama, pero a falta de las fuentes españolas anteriores, parecía que las opciones italianas y francesas eran más probables. Es cierto que von der Lasa intuye que la aparición del libro de Francesch Vicent, impreso en Valencia en 1495, el primer tratado de ajedrez publicado el mundo, podría ser la clave para resolver la cuestión, y por ello propugnó su búsqueda.
La aparición del poema valenciano Scachs d´amor en 1905, pero sobre todo la difusión que sobre él realizó José Paluzíe, en los años 1911-1912, sería el primer hito decisivo para resolver la cuestión. Murray, con su magna obra en la imprenta, conoce el hallazgo y ya advierte la antigüedad del códice, aunque opta por dejar la cuestión todavía abierta.
Fue en los años 80 y 90 de la pasada centuria cuando se publican decisivos trabajos de Yuri Averbakh y Ricardo Calvo, reabriendo de nuevo el debate entre los estudiosos, pero ahora ya con la pretensión de su resolución. Averbakh, de forma convincente, reconstruye el libro de Vicent, y expone sus ideas respecto a que los libros de Lucena y Damiano (Roma, 1512), han tomado las composiciones de ajedrez moderno del libro en valenciano. Calvo, ahonda en la cuestión con su estudio del poema Scachs d´amor, con la importante aportación del papel que han jugado los impresores alemanes (Lope de Roca y Hutz) en la divulgación del ajedrez moderno promovido en el círculo literario de Bernat Fenollar.
Las reacciones a estas nuevas ideas no se hicieron esperar, en defensa del origen italiano o francés, y se cerraba de nuevo una centuria, el siglo XX, con un debate que se antojaba irresoluble.
Pero el camino que iniciaron Averbakh y Calvo no tenía ya retorno posible. Aunque la tarea pendiente era ardua. José Antonio Garzón (Chelva, 1963) estaba dispuesto a llevarla a cabo.
Dado que la cohesión del nacimiento del ajedrez moderno en Valencia dimanaba de ser valencianos los dos documentos claves del nacimiento (Scachs d´amor) y difusión (el libro de Vicent) internacional del nuevo ajedrez, eran al menos tres las cuestiones que tenían que aquietarse, suscitando el necesario consenso entre los principales especialistas contemporáneos en la investigación histórica:
En una etapa inicial, Garzón decidió centrarse en aclarar el misterio del libro de Vicent —pues todavía notables bibliógrafos dudaban de su publicación—, aportando varias pruebas de la edición del libro en Valencia en 1495, de su contenido (ajedrez moderno) e incluso de la existencia de un ejemplar en nuestro días, en paradero desconocido hoy.
También fue decisiva su posterior colaboración en la documentado obra de Govert Westerveld, donde ya propugna la fecha de 1475 para Scachs d´amor, y se ahonda en la idea de Westerveld de que el marro de punta (hoy juego de damas) se ha concebido a Valencia como una derivación del ajedrez moderno. Este hecho es importante, ya que hoy puede establecerse sin margen de error que el marro de punta ya se practicaba en Valencia a la altura de 1495 (o unos pocos años antes), por lo que el tercer testimonio de la práctica del ajedrez moderno, es también valenciano: la creación de un juego que ha tomado del ajedrez moderno la promoción mayor en dama, la coronación de los peones al llegar a los confines del tablero.
En la obra El regreso de Francesch Vicent. La Historia del nacimiento y la expansión del ajedrez moderno (2005), el autor tras 15 años de investigación asume la carga de la prueba, con el criterio arriba expuesto, proporcionando con dos nuevos hallazgos, la seguridad de la datación del poema, Valencia 1475, que es a su vez, la fecha de creación de la nueva pieza, la Dama o Reina. El estudio de todos los documentos del nuevo ajedrez, le permite establecer la dependencia de unos con otros, y establecer una cronología rigurosa. Su investigación descarta la posibilidad de que exista un documento no español de ajedrez moderno del siglo XV. Sin embargo, la más trascendental de las aportaciones de su trabajo es la aparición del libro de Vicent, sus 100 problemas, copiados en un manuscrito de su autor a principios del siglo XVI, en su etapa italiana, probablemente cuando era profesor de ajedrez de Lucrecia Borgia. Sorprende la exactitud de la reconstrucción de Averbakh propugnada 20 años atrás. La redacción original en valenciano, que sobrevive en algunas de estas composiciones, demuestra que el libro de Lucena era en realidad una traducción al castellano del Vicent, con la adición de 50 problemas medievales, es decir, representa una involución con respecto al libro impreso en Valencia.
Cabe destacar que el libro de Vicent no fue tan desconocido como se pensaba, pues todos los problemas del libro del enigmático autor que se esconde tras el pseudónimo “Damiano” se encuentran en la edición de 1495. Este libro, que supuso la implantación del ajedrez moderno en Italia, en sorprendente edición bilingüe (español-italiano), tan solo en el siglo XVI conoció 8 ediciones, plenamente tributarias del Vicent.
El estado actual de la cuestión, como así se recoge en numerosos libros y artículos, especialmente publicados en la primera década del siglo XXI, refleja que se ha logrado el necesario consenso internacional entre los estudiosos, reconociendo a Valencia el doble papel de introducir la nueva forma de jugar, con la creación de la Dama, y también el mérito, no menos importante, de promover la difusión de las nuevas reglas a través de la imprenta.
Los nombres de Bernat Fenollar, Francí de Castellví, Narcís Vinyoles, y sobre todo, Francesch Vicent, ocupan un lugar inmarcesible no solo en la Historia del Ajedrez, también en el de la cultura valenciana y española.